sábado, 10 de noviembre de 2012

Banoffee

He tenido una semana algo ajetreada y no me ha quedado un hueco para contaros aquí un par de nuevas elaboraciones que quería presentaros. Pero nunca es tarde, si la dicha es buena, ¿no?
Así que aquí va la primera.
No he conseguido muy buenas fotos... pero las mostraré...


La idea era volver a interpretar ese clásico de la repostería, famoso en el mundo entero y admirado por todos los golosos del mundo mundial.
El Banoffee no es de mis dulces preferidos, pero sí lo son los que tienen fruta. Así que para mí era una asignatura pendiente.
Y como hay tantos banoffee como cocineros, no he querido dejar de hacerla a mi gusto.
Ya dice el que parece ser el "padre del banoffee" que no hay versión que menos le guste de todas las posibles que aquellas que se hacen sobre una base de galletas trituradas. A mí me pasa lo mismo. Así que una masa quebrada clásica me pareció la mejor de las alternativas.


Por las fotos, ya podéis adivinar que la tarta está horneada de principio a fin. El plátano no está crudo, como suele ser lo habitual en la versión clásica. Y tampoco está acabada con la nata montada que la remata normalmente. Para no utilizar la crema, hice un merengue que doré mientras también se cocinaban los plátanos; así también conseguimos que resulte más ligera. Yo creo que la mezcla de una fruta grasa como el plátano con una crema grasa como la nata, aderezada con el toffee (también graso), resulta pesada; y es posible que este sea el motivo por el que el banoffee nunca ha sido mi pastel favorito.
Tampoco he utilizado dulce de leche. Los que se pueden comprar ya hechos no suelen ser buenos, por mi experiencia. Y hacerlos es realmente pesado: nada me ha parecido nunca tan desesperante que poner una lata cerrada en una olla y esperar tres horas a que esté hecho, sin poder ver cómo se cocina ni si está ya cocinado porque no se puede abrir la lata... la verdad, nunca se me ha dado muy bien adivinar lo que hay dentro de algo cerrado... Por tanto decidí elaborar yo mismo mi propio toffee, con las mismas proporciones que el que utilizo habitualmente para el Pastel de Toffee.
El resultado es ligero, con el contrapunto de una base crujiente. El plátano cocinado con la salsa de toffee es muy apetitoso, un solo cuerpo completamente ligado. Al cocinarlo, el toffee impregna también la base, por lo que podemos evitar poner azúcar en la masa quebrada al hacerla.


Rematada con el toque amargo del cacao en polvo, pienso que se consigue una versión más ligera y que mantiene, en esencia, el cuerpo de la tarta.
Acompáñala con la bebida que más te guste y tómala a cualquier hora.

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